2 de mayo de 2023

Manzanas y naranjas

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Trabajar para un fabricante multinacional de camiones me enseñó que las mismas palabras pueden no significar lo mismo. Algo tan simple como describir un camión puede dar lugar a malentendidos importantes.

Por ejemplo, un camión “típico” en los EE. UU. podría describirse como un tractor dormitorio convencional de 6×4 que tira de un remolque de dos ejes de 53′, coloquialmente llamado camión de 18 ruedas. Esas mismas 18 ruedas en Europa probablemente sean una cabina 4×2 que tira de un remolque de tres ejes de 44.8′. Si vas a Australia, necesitarás agregar algunas ruedas. Allí, un tractor típico es un 6×4 que tira de al menos un remolque de lados blandos de 3 ejes y probablemente un tren B doble. El camión “típico” puede tener una amplia gama de definiciones si opera al norte de la frontera en Canadá o en estados como Washington, donde son comunes las cargas más pesadas.

Muy a menudo, estas diferencias significativas se pierden en las discusiones sobre normativas, análisis, medios de comunicación y, sobre todo, blogs. A veces se pueden comparar distintas frutas, por ejemplo, al preguntarle a alguien si prefiere una manzana o una naranja. En otras ocasiones, proyectar datos de naranjas sobre manzanas puede ser engañoso.

Los detalles tienden a importar

Tuve la suerte de trabajar una vez con un pequeño equipo multinacional que representaba a América del Norte, Europa y Japón, ayudando a identificar dónde se podrían armonizar las regulaciones sobre aerodinámica y economía de combustible de los camiones. La primera tarea fue aclarar las diferencias en el tipo de vehículo por región.

Las especificaciones de los camiones y los remolques eran bastante fáciles de comparar, pero la base de la apariencia de esos vehículos era la razón por la que eran diferentes a nivel regional. Para comprender las razones de las configuraciones de los vehículos en cada mercado era necesario analizar la geografía y las redes de transporte de mercancías de las distintas regiones. Además, la mentalidad de compra del mercado era diferente.

A menudo resulta demasiado fácil seleccionar un dato y utilizarlo para justificar un argumento. Por ejemplo, los datos sobre el transporte por carretera en Inglaterra pueden ser muy útiles, pero es necesario tener cuidado, ya que, en este contexto, el país tiene el tamaño del estado de Alabama. Varias fuentes muestran que Estados Unidos es aproximadamente 40 veces más grande que Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte juntas. Las tres carreteras más largas, según el Royal Automotive Club, tienen menos de 400 millas. Hace poco conduje desde San Antonio hasta El Paso por la Interestatal 10, un viaje de 550 millas, solo una parte de la longitud total de 10 millas de la I-2,460.

La escala geográfica suele ser un desafío cuando se compara Europa con América del Norte. Según se informa, Alemania tiene alrededor de 21,000 millas de ferrocarril, de las cuales unas 12,670 están electrificadas. Estados Unidos tiene quizás la red ferroviaria más grande del mundo, con 160,000 millas, con una electrificación muy limitada. Canadá tiene aproximadamente 31,000 millas de vías, de las cuales aproximadamente 80 millas están electrificadas. A menudo me preguntan por qué Estados Unidos y Canadá no están más interesados ​​en electrificar el transporte ferroviario, porque parece que Europa lo está haciendo. Sospecho que podrían ser necesarios algunos informes de 100 páginas con diversas explicaciones, pero al menos una de ellas tiene que ver con la escala. América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México) es, a falta de una mejor descripción, grande.

Lo que tiene sentido en un transporte de mercancías desde Liverpool a Londres (una distancia de 213 kilómetros que cruza en diagonal el ancho de Gran Bretaña desde su costa oeste hasta su costa este) puede no tener el mismo sentido en Estados Unidos. Llevar una carga desde el puerto de Los Ángeles hasta la ciudad de Nueva York supone recorrer en diagonal 2,800 kilómetros. Lo que tiene todo el sentido para un camionero en Inglaterra en un viaje “largo” sería sólo un trayecto regional corto para un conductor estadounidense.

Existen muchas diferencias entre Estados Unidos y Europa, desde las obvias diferencias económicas hasta normas sociales más complejas. Incluso el simple hecho de encargar camiones puede ser fundamentalmente diferente. Por ejemplo, mientras que un gestor de flotas estadounidense puede tener una influencia significativa en la creación de especificaciones personalizadas para los camiones de una flota, un gestor de flotas europeo puede tener menos opciones disponibles. Algunos países que investigué no tenían casi ninguna idea de un mercado de camiones usados: los primeros propietarios eran los únicos propietarios y acababan desguazando sus vehículos. El mercado estadounidense está muy preocupado por los compradores de camiones posteriores. La edad media de los vehículos también puede variar considerablemente entre países. Los camiones en Australia pueden tener una vida útil especialmente larga, con una media de 16 años o más, mientras que los de otros países pueden tener una media de menos de 8 años.

Las comparaciones tienen valor, en particular cuando se analiza la adopción de tecnologías. Si un país o región puede hacer algo, ¿por qué otro no? Una vez más, puede haber muchas explicaciones, pero el simple hecho de reconocer que otros pueden hacer algo que está teniendo dificultades para ganar terreno en su región es un punto de partida para plantearse las preguntas del por qué. Cuanto mejor comprendamos las alternativas, más probabilidades tendremos de innovar en soluciones viables a nivel regional y aprender unos de otros.

Estoy entusiasmado por ver el regreso de los vehículos con cabina sobre cubierta al mercado estadounidense en las nuevas ofertas tecnológicas. Los primeros comentarios de algunos conductores es que los vehículos modernos no comparten ninguno de los desafíos que alguna vez definieron a los vehículos con cabina sobre cubierta. Los vehículos con cabina sobre cubierta abandonaron en gran medida el mercado estadounidense en la década de 1990, aunque siguieron siendo un elemento básico en Europa y otras regiones.

El ritmo de introducción de nuevas tecnologías en América del Norte planteará muchos desafíos al statu quo. Con suerte, recordaremos analizar los detalles al comparar los mercados regionales y comprender los motivos antes de sacar conclusiones.

Artículo original proporcionado por Commercial Carrier Journal.

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